Las relaciones culturales entre América Latina y China

Verónica Neghme

Acaba de terminar en Beijing, China, el II Foro de Intercambio entre think tanks de América Latina y China, denominado “Nuevas Oportunidades, Nuevos Desafios y Nuevas Ideas en las Relaciones Chino-Latinoamericanas y El Caribe”, en donde se abordaron temas relacionados con la cooperación económica-comercial y de inversión, las perspectivas de intercambio cultural y humano, y la promoción de la cooperación sino-latinoamericana en conjunto.

A la distancia, parece difícil pensar en que el acercamiento cultural entre dos que son tan diferentes como la china -una civilización ancestral- y América Latina y El Caribe, consideradas para los chinos como un conjunto. Aun cuando en América Latina hay una lengua común -salvo Brasil- la heterogeneidad y las diferencias culturales, económicas y políticas son grandes, en una región más fragmentada que unida, y con poco sentido pragmático, a diferencia de los chinos. El Caribe es otra realidad totalmente diferente.

Aun así, los chinos ya tienen delineada una política clara e integral con América Latina desde 2008, que abarca todos los ámbitos y no solamente el económico-comercial. Las distancias geográficas y la pertenencia a mundos diferentes, casi opuestos, no será un obstáculo para la aproximación de China hacia la región. Mas allá de la necesidad de alimentos y de materias primas, la política de China hacia la región es invertir más en el continente y con ello vendrían las influencias culturales. O si queremos ponerlo de otra manera, será requisito fundamental conocer más la cultura china para hacer negocios y ser capaces de entenderlos cuando llegue el momento que se transformen en potencia y, por consiguiente, su influencia aumente.

No deja de sorprender que aun cuando la gente sabe que consume productos chinos de todo orden y que China se prepara para ser potencia no solamente económica, se la mire como algo exógeno, lejano e imposible de penetrar. El conocimiento sobre China se da a nivel de las elites que visitan China para realizar negocios, que como sabemos requieren de mucho contacto personal y amistad. A nivel de la opinión pública en general, poco se sabe de la cultura china antigua y moderna. Si nos remontamos a la historia de China, donde fue el imperio del centro, los pueblos del norte que fundaron dinastías siempre terminaban asimilándose a la cultura china, que era mucho más avanzada y tenía un sistema social y de administración civil propio que funcionaba. En la actualidad, en otro contexto y período del mundo, sería dificil pensar en una situación de asimilación de las culturas más occidentales de América Latina, en un mundo en donde la globalización ha traído una uniformidad intercultural, aunque preservando formas diversas intraculturales.

Desde que China ha decidido una política integral hacia la región, esta y cada país también debe prepararse para la llegada de una potencia mundial, que inevitablemente influirá culturalmente. Una política cultural en donde se amplíen los actores y niveles, en estrecha sinergia, porque la variable cultural es indispensable para hacer negocios con Asia y China.